
Hoy tocaremos un tema muy desagradable, pero al menos le vamos a dar un enfoque positivo, puesto que la investigación científica parece que va dando frutos, y aunque todavia no se tenga nada en humanos, recientes investigaciones en ratas abren un camino a la esperanza. El Sindrome de la muerte súbita en infantes (SIDS), como bien lo indica su nombre, trata de la muerte súbita y sin explicación de un infante menor de un año de edad.
Según un artículo de Melinda Wenner, publicado en el American Scientific Mind, en el Lanoratorio Europeo de Biologia Molecular de Monterotondo (Italia), se estaban llevando a cabo estudios sobre los niveles de la serotonina y su relación con comportamientos asociados a la ansiedad en ratas cuando se encontraron frente a una sorpresa. Criaron ratas que tuviesen demasiados receptores de 5-HT1A, los cuales son conocidos por avisar a las neuronas de que reduzcan la emisión de serotonina cuando el producto químico se encuentre en abundancia en el cerebro. Así el poseer más receptores resultaba menores niveles de serotonina y menos actividad de dicho Neurotransnmisor.
El grupo de investigadores se encontro con que la mayoría de estas ratas murían antes de cumplir los cuatro meses, normalmente después de sufrir desplomes repentinos tanto en el ritmo cardíaco como en la temperatura corporal. Aunque los investigadores todavia no sepan qué es lo que provoca estas crisis, uno de los autores del estudio, Cornelius Gross especula que ocurren cuando la actividad de la serotonina no puede llevarse a cabo debidamente. De hecho, los sistemas de serotonina suelen estar apagados durante la fase REM, por lo que el despertarse suele ir acompañado de un incremento rápido en la actividad de la serotonina.

Estos hallazgos inesperados podrían revelar que una alteración aparentemente simple en el sistema serotoninergico puede llevar a la muerte de un infante. Aunque los bebes SIDS tienen receptores normales 5-HT1A, otro de los mecanismos de feedback de la serotonina puede estar fallando. Si fuera así, la clave para prevenir el SIDS podría algún dia ser tan simple como encontrar un camino para regular las retroalimentaciones anormales de serotonina.